La dificultad de relación con los iguales es un problema que puede afectar el desarrollo de los niños. Por medio de esta relación los niños pueden mejorar su salud mental y desarrollar habilidades de comunicación, entre otras competencias sociales que les permitirán adaptarse a su entorno.
¿Quiénes son los iguales de nuestros niños? Pueden ser sus hermanos, compañeros de escuela, amigos, vecinos, etc. Se consideran iguales porque son personas que tienen capacidades en potencia con las que el niño necesita interactuar para aprender. No siempre los iguales tienen la misma edad, estatus o estudian en el mismo salón de clase, pero sí son personas que comparten un mismo entorno y capacidades similares.
Es muy importante que los niños se relacionen con sus iguales, y a partir de los 2 hasta los 12 años es mucho más importante porque es la edad en que se tiene mucha más capacidad para desarrollar ciertas habilidades.
Las dificultades de relación con los iguales no solo evitan la adquisición de estas habilidades, sino que hace que el niño tenga problemas para realizar sus actividades diarias. Y la razón es simple, ellos pasan más tiempo con sus iguales que con cualquier otra persona, ya que sus padres trabajan, están más tiempo en la escuela, jugando con sus amigos, etc.
Un niño con problemas de relacionamiento, no podrá integrarse a los equipos de trabajo, por lo que difícilmente pueda cumplir con las actividades y objetivos diarios en la escuela, de hacerlo le sería un poco más complicado.
Cada niño sano en este sentido es un agente socializador, por lo que alguien con dificultad de relación con iguales no solo deja a un lado la oportunidad de desarrollar su capacidad para socializar, sino que deja de ser un agente socializador que ayude a un igual a también desarrollar esta habilidad.
Es allí la importancia de buscar una solución ¿Te imaginas un aula de clases donde el 80% tengan problemas de relacionamiento? Sería mucho más difícil para un niño con dificultades leves o medias romper con su dificultad y ser un agente socializador. Es decir, que cuando tratas este problema no solo ayuda a tu hijo o hija, sino que lo conviertes en una ayuda para los demás.
En primer lugar tenemos aquellas dificultades relacionadas a la falta de integración voluntaria del niño. Es decir, es tímido, tiene traumas, no tolera compartir con las personas… por lo que se aísla y su relación con sus iguales es casi escasa.
Sin embargo tenemos las dificultades relacionadas a la falta de integración involuntaria del niño. Es decir, el puede querer relacionarse con su entorno, pero muchos factores no se lo permiten:
Este tipo de factores pueden provocar que el niño no se relacione con el grupo por dos razones muy comunes:
Lógicamente la primera y gran consecuencia es que el niño no desarrollará habilidades de relacionamientos, va a tender a aislarse. Toda actividad que se pueda aprender en el relacionamiento le será extraña (cómo interactuar con una persona nueva, aprender a escuchar, brindar ayuda, establecer relaciones emocionales, etc.)
Tanto en su niñez como en su vida de adulto tendrá problemas de adaptación, incluso actualmente puede que presente deserción escolar. Muchos adolescentes y adultos antisociales tienen un historial de dificultad de relación con iguales, así que se puede considerar un riesgo de este problema. Esto “justifica” el comportamiento agresivo de muchos adolescentes.
Los trastornos emocionales son otro problema, causando en los niños depresión, baja autoestima, soledad, ansiedad, etc. Este tipo de trastornos puede afectar incluso su vida como adulto.
Si puedes detectar un comportamiento fuera de lo normal en tus hijos es importante acudir a un psicólogo que lo pueda evaluar. Si ves que tus niños suelen aislarse, no hablan con sus compañeros, no quieren estar en ese grupo, es necesario buscar ayuda profesional.
No todos los casos son dificultad de relación con los iguales graves, sin embargo esto lo puede determinar solo un profesional quien te aconsejaría qué acciones debes tomar. De ser necesario, el niño será sometido a algunas terapias, y tú como padre serás capacitado y orientado para ayudar ¡La combinación madre/padre / profesional es la clave!
De momento te podemos adelantar algunos consejos que te pueden ayudar:
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