Es importante saber cómo resolver conflictos porque siempre nos encontraremos con situaciones similares en la vida. Un conflicto es una situación donde hay posiciones opuestas, contrarias que provocan un ambiente tenso y dificulta el avance en armonía.
Podemos hablar de conflictos internos, cuando tus emociones te dicen una cosa y tu cerebro piensa otra. O de conflictos matrimoniales, donde la esposa quiere que sus hijos salgan a divertirse con sus amigos, pero el esposo desea que se queden en casa porque las fiestas hasta tarde son peligrosas.
Entonces, hablamos de un desacuerdo donde ninguna de las partes está dispuesta a ceder, y comienzan las molestias, el debate, y si no se controla puede terminar en un conflicto.
Hay conflictos en el trabajo, en la calle, familiares, de negocios, en todas partes los encontramos, y por ello debemos manejarlo de la manera correcta.
Cómo resolver conflictos por medio del diálogo
El diálogo es la herramienta principal, básica y más importante para solucionar problemas de este tipo. No se debe confundir con el debate, ya que, aunque se parecen son muy contrarios. El objetivo del debate es dar a conocer tu argumento y desacreditar el de la otra parte.
Aunque en el diálogo exponemos nuestro argumento, el objetivo principal es escuchar a la parte contraria y llegar a un acuerdo, teniendo que ceder en muchos aspectos. El objetivo en el diálogo no es ganar, sino comprender a la otra parte para poder resolver el conflicto.
Así que, lo primero que debemos hacer es programar nuestra mente para ceder y no solo que tu pareja ceda. La clave está en comprenderla, ponerse en sus zapatos, y buscar una solución intermedia que pueda favorecer a ambos.
Consejos para llegar a un acuerdo en medio de un conflicto
No exijas, ni permitas que la otra persona lo haga. Deja claro que van a dialogar, y en el diálogo no hay exigencias, sino acuerdos. Está prohibido descalificar, los insultos y malos tratos deben estar completamente fuera de la conversación.
Antes de buscar los errores de la parte contraria, busca los tuyos, es importante que ambos comiencen por aceptar sus responsabilidades. Es posiblemente lo más difícil, porque muchas veces no se trata de orgullo, sino que realmente no vemos nuestros errores.
Allí la importancia de escuchar, analizar, meditar y ver si lo que te están diciendo es verdad. No te limites a tu opinión, busca personas cercanas de confianza, cuenta lo que han dicho de ti, y pide sinceramente que te digan si hay algo de razón.
Sé educado pero sincero
Un error que debemos evitar es que por buscar la paz no somos sinceros. Muchos le llaman comunicación pasiva, y se trata de guardar lo que sientes y piensas ¡No es lo correcto!
Por el contrario, debemos apostar por un lenguaje correcto que transmitan la verdad que hay en nosotros. No es lo mismo expresar tu desacuerdo con palabras limpias, que con gritos o insultos.
Evita errores al escuchar
No es suficiente con escuchar, sino que debemos hacerlo bien. Te animo a que puedas evitar los siguientes errores:
- Mostrarte impaciente.
- Interrumpir.
- No mirar al hablante.
- Mantener una postura a la defensiva.
- Miradas intimidantes y actitudes hirientes.
Los mediadores en el conflicto
Cuando todo se sale de control, y es casi imposible conversar sin agresividad o llegar a un acuerdo, lo mejor es apostar por un mediador. Una persona en la que ambos estén de acuerdo que juegue ese papel, y que tenga conocimiento de la situación.
Debe ser alguien con criterio propio, sin preferencias, para que ambos se puedan sentir a gusto. Esta persona escuchará ambas partes, y dará su opinión al respecto, proponiendo posibles soluciones.
Elegir al mediador correcto es la tarea más difícil, sin embargo, una vez lo encuentren la conversación podrá mejorar mucho. Deben prohibir los ataques personales hacia esa persona, recuerda que su objetivo es ayudarlos.
¿Qué hacer si la parte contraria no quiere llegar a un acuerdo?
Si la parte contraria se niega a llegar a un acuerdo, y en todos los intentos de diálogo se muestra de forma agresiva, no acepta ni respeta los mediadores, lo mejor es acudir a instancias legales.
En caso de matrimonios, se podría considerar que está irremediablemente roto, y hay que pedir el divorcio. Si se trata de un negocio, hay que acudir al juez y que tome decisiones teniendo como base el contrato, testigos, etc.
Y así con cualquier tipo de conflicto, hay mecanismos legales para lidiar con ellos. Solo asegúrate de acudir a ellos a tiempo, porque muchos conflictos mal gestionados terminan es desagracia.
¿Eres tú el que tiene problemas para llegar a un acuerdo?
Siempre debemos considerar el hecho del que el problema lo tengamos nosotros, sin llegar al extremo de excusar a la otra parte. Por eso te recomendamos buscar ayuda profesional, de manera que puedas detectar si existe un problema en tus comportamientos.
Y de ser así, poder guiarte para que te conviertas en una persona capaz de resolver conflictos de cualquier tipo.
Todos tenemos problemas para ver más allá de nuestra perspectiva, pero con la ayuda de los expertos podemos ampliar nuestra mente y madurar. Si tienes problemas de comportamiento será difícil que logres tener un diálogo de provecho:
- Problemas para escuchar.
- Agresividad.
- Eres imponente.
- Orgulloso, etc.
Estas son señales de que necesitas ayuda más allá de tu parte contraria, o el mediador que has seleccionado.
En resumen…
Resolver conflictos nos ayuda a avanzar de la mejor manera en la vida, ya que a diario enfrentamos conflictos. Lo normal es que ambas partes dialoguen, y si no hay forma de resolver, acudan a un mediador.
Si alguna de las partes no está dispuesta a mediar, y se comporta de forma agresiva, lo mejor es acudir a instancias legales. Y si tú eres el problema, busca ayuda profesional.
Lo importante es resolver el conflicto, y que no seas tú el perjudicado, no por los acuerdos, sino por el comportamiento que puedas tener frente a la situación.
¿Qué esperas? No pierdas tiempo, es hora de crecer como personas, madurar y ser capaz de resolver esos pequeños o grandes problemas.