Tomar buenas decisiones puede determinar nuestro futuro, ya sea para bien o para mal. Por ello, no debemos tomar esta acción tan a la ligera. Decidir apresuradamente, o sin el conocimiento adecuado, puede llevarte a fracasar o cometer errores irreversibles en tu vida.
El propósito de este artículo, es que puedas aprender a tomar buenas decisiones. No quiere decir que no vas a cometer errores, pero el objetivo es disminuir la probabilidad de desacierto. Compartiremos una serie de consejos e instrucciones, que seguro te serán de mucho provecho.
La importancia de definir el problema ¿Cómo hacerlo?
En la mayoría de los casos debes tomar una decisión como reacción a un problema, en busca de su solución. Considera, que un problema no siempre es una crisis, sino algo que hay que resolver. Por ejemplo, comprar unos zapatos, no necesariamente es una crisis, pero necesitas seleccionar uno, hay que tomar una decisión.
Y la clave para tomar buenas decisiones es identificar el problema y la necesidad, partiendo de allí siguen los demás consejos. Si no logras identificar correctamente, la decisión que tomes puede ser errónea.
Por ejemplo, al comprar un par de zapatos ¿Cuál es la necesidad y/o el problema? Te comparto posibles respuestas acertadas:
- No tengo zapatos, y no puedo andar descalzo.
- Necesito zapatos para hacer deporte porque solo tengo zapatos clásicos de vestir.
- Necesito combinar los zapatos con mi nuevo traje.
Como puedes ver, para cada respuesta la decisión que tomes va a cambiar, es una prueba de que una buena decisión parte de conocer tu necesidad, mientras más específico seas describiendo la necesidad mucho mejor.
Identificas y considera todas tus opciones
Una vez tenemos la necesidad y el problema claro, es hora de hacer una lista de opciones. Coloca allí todas las que puedas.
Si no se te ocurre ninguna opción, puedes utilizar las siguientes técnicas para generar opciones:
- Investiga en internet.
- Consulta a familiares y amigos.
- Pregunta a expertos en la materia, dependiendo del problema que se trate.
Una vez tengas una lista clara, es importante resaltar como cada una de ellas te puede ayudar a resolver tu problema.
Considera las consecuencias
Así como es buena idea identificar las ventajas de tomar cada una de las opciones, es necesario tener claro los riesgos y las desventajas. Son 4 cosas diferentes:
- Cómo ayuda a resolver mi problema: impacto directo a mi situación “Los zapatos deportivos X son aptos para hacer deporte”.
- Ventajas: habla del plus de tomar esa decisión “También nos hace lucir bien al mismo tiempo que hacemos deporte, son muy cómodos”.
- Desventajas: se refiere a todo lo “malo” que es seguro que tiene esa opción “Son costosos”.
- Riesgos: se refiere a lo “malo”, pero que no es seguro, sino que probablemente puede ocurrir “es una marca nueva, no sabemos qué tan duraderos serán los zapatos”.
Como te debes imaginar, la mejor opción siempre será aquella que tenga menos desventajas y menos riesgos, pero que tengan un buen impacto en el problema y sus ventajas.
También puede haber muchos riesgos, pero si es la opción que tiene un mejor impacto en el problema, y estás dispuesto a correr el riesgo, esa puede ser una buena opción.
Así que una pregunta que debes hacerte es ¿Si el riesgo se convierte en realidad? ¿Voy a tolerar las consecuencias? ¿Qué tanto me van a afectar? Y en caso de poder tolerarlas y asumirlas, es importante tener un plan en caso de que eso ocurra.
No dejes a un lado tus valores y objetivos
Más allá de los riesgos y beneficios, es importante considerar tus valores y objetivos antes de tomar una decisión. Porque puede ser la mejor opción del mundo, pero si va en contra de tus valores, no es recomendable.
Por ejemplo, puede que un zapato “A” sea la mejor opción en calidad y precio, pero resulta que quién lo está vendiendo lo ha obtenido en medio de un robo. Eso iría en contra de tus valores, y dejaría de ser una buena decisión.
Y podríamos decir que hay riesgos de que vayas a la cárcel, pero más allá de eso, aunque así no fuera, la razón principal de no tomar esa decisión debe ser no ir en contra de tus principios, valores, etc.
La toma final de la decisión
Por último, debes asegurarte de finalizar el proceso de la toma de decisiones. Parece obvio, pero hay personas que lo hacen porque no se sienten seguros. Y siempre la postergan, o permiten que otro tome la decisión por ellos.
Debes comprender que como humanos es normal errar. Y son riesgos que debemos tomar, la experiencia nos ayudará a cada día tomar mejores decisiones.
Es importante que una vez tomada la decisión, puedas evaluar los resultados, así te servirá como información para determinar qué tan buena es la decisión que has tomado.
Conclusiones
Para finalizar, podemos concluir que, para tomar buenas decisiones, es necesario:
- Identificar el problema y las necesidades, es necesario ser específico.
- Considera todas las decisiones que sean necesarias, para ello acude a los expertos, y personas de confianza. Debemos ser buenos oyentes.
- Considera el impacto de cada opción sobre el problema, las ventajas, desventajas y también los riesgos.
- También debes considerar tus valores, principios, y objetivos. Si la opción es buena, pero va en contra de ellos, no es una buena opción.
- Finaliza el proceso de la toma de decisiones, no lo dejes para después, es normal sentir inseguridad, pero para crecer es necesario tomar riesgos.
¿Qué esperas? Es momento de tomas decisiones, debes confiar en ti, y si has realizado el proceso que te mencionamos, seguramente tendrás éxito, no tienes de que culparte si algo sale mal, porque hiciste todo lo que estaba a tu alcance.
No eches de menos el consejo de buscar expertos, son de gran ayuda porque tienen la experiencia y el conocimiento que tal vez a nosotros nos hace falta. Si estás atravesando un problema de salud mental, acude a un buen psicólogo, si es un problema financiero acude a un experto en la materia, y así con cada necesidad que tengas.