Dependencia emocional, ¿Qué es?
La dependencia emocional se produce cuando tu autoestima y bienestar personal dependen de terceras personas, especialmente de tu pareja. Existe una necesidad extrema que conlleva perder la propia libertad para sentir una felicidad ilusoria.
Las personas que sufren dependencia emocional cuentan con una base de necesidades emocionales insatisfechas o pobres, por lo que en busca de esta seguridad tienden a buscar a alguien que les pueda aportar todo aquello que necesitan.
Sin embargo, esto es un arma de doble filo.
La dependencia emocional genera una alta inestabilidad emocional, depresión, ansiedad, frustración, culpa, celos, etc. El exceso de atención que demandan hacia la otra persona, les lleva a controlar y supervisar cada actividad de la otra persona, por miedo a perderla.
Síntomas de la dependencia emocional:
Para ayudarte a saber si sufres una dependencia afectiva, examina si tienes algunos de los siguientes síntomas o si estas situaciones te resultan familiares:
- Necesito mucha atención de mi pareja para sentirme bien.
- Tengo miedo al rechazo de mi actual pareja.
- Exijo constantemente muestras del cariño que la otra persona siente por mí, de lo contrario, pienso que no me quiere..
- A menudo, me siento vacío/a.
- Necesito saber que soy la prioridad de la otra persona.
- No sé qué hacer cuando no tengo a la persona que amo cerca.
- A menudo, siento ansiedad, culpa o enfado.
- Soy muy celoso/a en las relaciones de pareja.
- Tengo que estar todo el rato acompañado para divertirme.
- He descuidado mis aficiones y abandonado a amigos y familiares.
- Mi mundo gira alrededor de una persona, que se ha convertido en el centro de mis pensamientos y preocupaciones.
- Me siento más ansioso, experimento problemas para dormir por las noches y a menudo siento impotencia y/o desconsuelo.
¿Por qué soy una persona dependiente?
Las principales causas de la dependencia emocional se gestan en la infancia. Cuando éramos niños no aprendimos a ser autónomos e independientes, y seguimos arrastrando carencias afectivas que no fueron satisfechas en su momento.
De hecho, la persona dependiente emocionalmente suele tener una historia marcada por la carencia de afecto. Durante su infancia, es probable que no haya recibido el cariño que necesitaba por parte de las personas significativas de su vida. En esos años, aprendió que para ser amado, necesitaba cumplir con las expectativas de los demás. Así, poco a poco se fue convirtiendo en un niño en búsqueda de atención, que se esforzaba por hacer las cosas bien, no solo para que le felicitasen sino también para obtener amor.
En muchos casos, las personas con una dependencia afectiva provienen de familias disfuncionales, con padres fríos y distantes emocionalmente o han sufrido un abandono, ya sea físico o emocional, por parte de uno de sus progenitores. Como no se desarrolló un apego seguro durante la infancia, el niño creció experimentando sentimientos ambivalentes, que después proyectará en sus relaciones como adulto.
En otros casos, se trata de personas que han tenido que enfrentarse a numerosos problemas desde pequeños y tienen la idea de que no merecen ser felices. De esta forma, han desarrollado baja autoestima y creen que necesitan ganarse el reconocimiento de los demás a toda costa. A esto se le suma que, debido a las experiencias de abandono y rechazo, han experimentado la falta de control, por lo que al crecer necesitan controlar a las personas más cercanas, para evitar que estas le abandonen.
Si la dependencia emocional está haciendo que tu relación se esté deteriorando y necesitas ayuda, podemos ayudarte.