El enfado es una emoción básica que sentimos todos. Sin embargo, cuando se pierde el control, el enojo se vuelve destructivo. ¿Cómo ayudar a los más pequeños a gestionar esta emoción?
Los niños y niñas también experimentan estas emociones, en ocasiones sentirán rabia y enfado o ambas emociones. Algunos serán más propensos que otros y determinadas situaciones serán más detonantes que otras. Es fundamental proporcionar una educación emocional a nuestros pequeños, para que sean capaces de controlar sus emociones antes de que estás les controlen a ellos.
El enfado puede suponer para los niños problemas con la familia y los compañeros, y puede repercutir en el rendimiento escolar. Al igual que otras emociones, el enfado va acompañado de cambios fisiológicos; tanto la frecuencia cardíaca como la presión arterial pueden aumentar. Puede deberse tanto a hechos internos como externos. Un niño, por ejemplo, puede enfadarse porque siente que sus notas no son buenas (interno), o bien porque su hermano lo ha empujado (externo).
¿PORQUÉ ES IMPORTANTE TRABAJAR EL ENFADO?
Son emociones naturales e innatas que pueden acompañar al ser humano. De hecho lo harán en determinados momentos a lo largo de su vida. Experimentar determinadas emociones no es malo, al contrario, puede ayudarnos a avanzar, a cambiar aquello que no nos gusta y contribuye a nuestro bienestar.
Trabajar el enfado en nuestros niños y niñas es muy importante, debemos dotarles de recursos emocionales, que les permitan enfrentarse a los desafíos de la vida y controlar las emociones antes de que éstas les controlen a ellos.
Son muchos los ejemplos de conductas disruptivas y violentas que cada día podemos observar, en la calle, en las aulas, en los medios, etc. El enfado descontrolados llevan a la violencia y pueden tener muy graves consecuencias.
¿Por qué están nuestros niños siempre enfadados?
Me sacan de mis casillas, siempre protestando, nunca está bien nada para ellos, ¿qué hago?
Grita, patalea y llora por cualquier cosa…. ¿cómo lo/la controlo?
DOTAR A LOS NIÑOS DE HERRAMIENTAS
Una de las mayores dificultades para los padres es ayudar a sus hijos a regular la emoción de la ira u hostilidad. La ira es el resultado de una angustia excesiva que el niño no sabe cómo afrontar y en un principio sólo cuenta con sus padres para que le ayuden, primero a entender qué le pasa y segundo, a dotarle de herramientas para hacer frente a su malestar.
- Trabaja las emociones, los cuentos son muy recomendados para los niños más pequeños.
- Fomenta la reflexión sobre sus enfados: escúchale y pregúntale como se siente, que ha experimentado, etc.
- Explícale que la emoción de enfado es normal y ayúdale a reconocer las situaciones que le enfadan.
- Utiliza un globo y llénalo de aire: explícale que el enfado llena el globo y que si el globo continúa hinchando, al final explota.
- Enséñale a tranquilizarse: cerrar los ojos y respirar profundamente
- Muy importante: no respondas a su enfado con un enfado por tu parte. Recuerda que los niños imitan a las figuras más significativas (padres).