La preocupación por las situaciones es algo totalmente natural, sin embargo, existen ocasiones donde la preocupación se convierte en nuestro principal problema, y nos impide “ocuparnos” de la situación, que es precisamente aquello que nos permite avanzar.
La preocupación responde a un intento mental de encontrar una solución a una situación que nos produce ansiedad.
Esta situación o problema podría haberse producido ya, pero también podría atender a una posibilidad que imaginamos. Es una actividad cognitiva que nos prepara para lo que creemos que está por venir. Por tanto, la preocupación surge como mecanismo para generar acciones y afrontar así distintas dificultades.
Sin embargo, muchas veces entramos en “bucle” dentro de nuestra preocupación sin llegar a una solución final.
Pasamos más tiempo en la preocupación que en la ocupación
La preocupación es el primer paso hacia el afrontamiento de un problema. Esto nos lleva a sentirnos tranquilos por empezar a “tomar cartas sobre el asunto”.
Esta tranquilidad a corto plazo nos lleva a relajarnos en la preocupación hasta llegar a convertirse, a veces, en una conducta de evitación.
Evitamos la ocupación porque nos sentimos más “cómodos” en la preocupación, aunque no nos guste estar preocupados.
Así, el tiempo pasa y pese a que por un lado creemos estar afrontando un problema, por otro podemos sentir que nos hemos estancado y eso nos genera ansiedad. Es entonces cuando la preocupación pierde su función y se vuelve un gran obstáculo robándonos tiempo y energía.
Si tiene que pasar, que pase
Si lo que te preocupa es algo que va a suceder, con independencia de lo que hagas, piensa en qué puedes hacer para afrontar mejor la situación. Hay cuestiones que no podemos controlar, pero podemos decidir como vivirlas.
Crecemos, y a medida que lo hacemos, vamos interiorizando la idea de que la preocupación es un eco necesario para afrontar un problema. Sin embargo, la ocupación puede existir sin preocupación.
Es cuestión de abordar los sucesos desde la aceptación y la certeza de que somos capaces de hacer lo que esté en nuestra mano.