¿Qué es el mutismo selectivo?

El mutismo selectivo es un trastorno de ansiedad que afecta sobre todo, a niños menores de 5 años, es un problema de inhibición del habla, debido al cuál, el niño afectado, teniendo la capacidad de hablar, no lo hace en determinadas situaciones que no le generan confianza. Regularmente no hablan con nadie a excepción de sus padres, hermanos o círculo cercano. Es decir, el pequeño:

Puede hablar.
Pero su condición hace que seleccione ocasiones y personas específicas.

Una persona con mutismo selectivo puede parecer muda ya que decide no conversar ni pronunciar ningún tipo de palabra. Es muy común en las escuelas, contextos sociales, etc. Esta inhibición no se puede confundir con una decisión del niño de no querer hablar, en realidad no es voluntario sino que la condición que tiene el pequeño no se lo permite. Por lo que no es correcto:

Maltratar.
Presionar.
Pensar que es una persona “de pocas palabras”.

Simplemente es un niño que necesita ayuda profesional, y como padre, profesor… estás en la obligación de brindarla y favorecer su mejora.

El origen: Causas del mutismo selectivo

Como en la mayoría de este tipo de problemas, no hay una causa única ni segura. El mutismo está relacionado con la ansiedad y timidez, muchos de ellos sufren a su vez, algún tipo de fobia. Traumas e historial en su familia con esta afección aumentan la probabilidad de que un niño también la sufra, en otros casos el historial no es tan directo sino que hay problemas de timidez, fobias… y es el niño quien heredera el mutismo selectivo.

Por eso es importante acudir a un experto que pueda evaluar la situación específica del niño, detectar los posibles orígenes y factores que están afectando a la salud del pequeño. Dar por ciertas las suposiciones, sin más, solo hará que la situación empeore.

¿Cómo saber si mi hijo tiene mutismo selectivo?

No puedes confundir el mutismo selectivo con problemas del habla, por eso el principal síntoma distintivo de este problema es que el niño puede hablar normalmente en su entorno de confianza, pero no en otros lugares.

Otro síntoma muy común es el miedo ante personas que desconocidas, que al igual que la ansiedad puede provocar sudoración, temblor e intranquilidad. Sin embargo la reacción más común es la incapacidad o negativa a hablar.

Es normal que un niño se sienta tímido delante de alguien que no conoce, pero cuando esto se repite en varias ocasiones, acompañado de miedos e incapacidad para hablar, probablemente estamos hablando de un caso de mutismo selectivo: debes observar muy bien al niño y no tomar conclusiones precipitadas para hacer un diagnostico previo.

La presión no es una solución, no obligues al niño a hablar sin la instrucción de un profesional. Ten mucho cuidado de la presión por parte de compañeros, la discriminación, bullying… porque son agentes que complicarían la situación.

Por eso es importante que tanto los padres como los maestros, profesores… o quien comparta tiempo con el niño, pueda estar al tanto de la situación, de manera que juntos se vele por el bienestar y desarrollo del mismo.

¿Qué hacer en caso de mutismo selectivo?

Lo primero es acudir a un profesional que pueda confirmar el trastorno y pautar un tratamiento personalizado.

El cambio de comportamientos es el mejor tratamiento, por lo que más que el niño, sus padres, hermanos, profesores y todos los que le rodean tendrán que participar y poner en práctica lo recomendado por el profesional para ayudar al pequeño. Se debe ser paciente, no mirar al niño con lástima, no sobre-proteger pero sí estar pendiente… pero siempre dependerá de cada caso concreto y será el profesional quien determine el mejor modo de actuar de forma individual.

Muchos de los pacientes de mutismos selectivos la superan con el paso del tiempo y la maduración natural, otros requieren tratamiento durante su adolescencia y edad adulta, aunque con síntomas más leves como la timidez.

¿Por qué es importante tratar el mutismo selectivo?

Si no prestas atención a esta condición puede que se complique, llegue hasta la adolescencia y edad adulta. Además, gran parte del desarrollo del niño está en la interacción con su ambiente, incluyendo compañeros de estudios, profesores, vecinos, amigos… por lo que el mutismo selectivo disminuye y retrasa este crecimiento y esta madurez.

Un niño que no habla es alguien que puede ser discriminado por otros, o que además, en un momento de emergencia no se podrá expresar con confianza. Muchos de los pacientes esperan a llegar a casa para comunicar algo importante que debió comunicarse al maestro o cualquier persona que estaba en ese momento, por ejemplo: tenía ganas de ir al baño, estaba siendo maltratado por alguien, etc.

Un niño con mutismo selectivo si no comprende algo no pregunta, por lo que además, sufre dificultades en el aprendizaje con frecuencia. Para ellos es difícil interactuar con su entorno por lo que corren el riesgo de volverse personas solitarias y desconectadas de la realidad.

¿Cómo tratar el mutismo selectivo?

La buena noticia es que este padecimiento tiene tratamientos efectivos, siempre y cuando seamos diligentes vamos a poder tener éxito. Cada trastorno que involucra a la familia nos deja una enseñanza, y es la importancia de la colaboración de varias personas que a pesar de sus diferencias trabajan en pro del bienestar del más vulnerable.

Así que si tienes un niño que sufre de mutismo selectivo es importante dejar a un lado toda diferencia con tu pareja, familiares, los profesores del pequeño y comenzar a trabajar en acuerdo. De lo contrario puedes ocasionar un desorden mental y emocional en el pequeño con daños severos y casi irreversibles.

Errores que debes evitar

En resumen no puedes:

Presionar al pequeño a que hable.
Exhortar, gritar, maltratar… por el hecho de que no habla.
Discutir delante de él por cuestiones relacionadas a su condición. Por ejemplo, discusiones de pareja porque no tienen el dinero para llevarlo a un profesional, culpar a otros de la condición del niño, etc.
Creer que es algo normal que no necesitas ayuda profesional.

Si evitas estos errores seguramente tu niño estará seguro, y el mutismo selectivo solo será un problema pasajero.