¿Qué es la responsabilidad afectiva y cómo mejorarla? Una pregunta que muchos nos hacemos en busca de la paz y la tranquilidad personal, pero también social. Todos queremos lo mejor para nosotros y quienes nos rodean ¿Pero qué debemos hacer?
¿Alguna vez has escuchado o leído acerca de no ser egoísta y preocuparte por lo que piensan y sienten los demás? Seguro que sí, pero seguro también has pensado y aprendido acerca de amarte a ti mismo ¡Parecen dos posiciones totalmente contrarias!
Sin embargo por medio de la responsabilidad afectiva, podemos encontrar un punto de equilibrio entre tu bienestar y el de las otras personas, por eso se llama afectiva, tiene que ver con una relación y no con el bien de solo una parte.
¿Qué es la responsabilidad afectiva?
Podemos definir la responsabilidad afectiva como la consciencia de que todo lo que hacemos, pensamos, y decimos tiene un efecto en las demás personas, por lo que debemos actuar de forma adecuada.
Pero algo que no podemos olvidar, es que no se trata de reprimir tus emociones y pensamientos para quedar bien con los demás, sino expresarlos siendo respetuoso y causando el menor daño posible. Sin duda alguna necesitamos tener un buen carácter, mucho dominio propio y madurez.
Una persona desenfrenada, difícilmente pueda guardarse algo que siente, y generalmente lo expresa de forma incorrecta. De manera que se le aconseja no tocar el tema, y aún así le cuesta mantenerse en silencio. Ahora imagina a esa misma persona, expresando sus sentimientos para no reprimirse ¡No es una tarea fácil!
No podemos negar que expresarte acerca de un tema incómodo o que nos moleste hace más difícil mantener la armonía, comparado a callar. Sin embargo expresarnos siempre será más saludable. Así que estamos “Obligados” a expresarnos pero de la forma correcta.
El dominio propio en la responsabilidad afectiva
La responsabilidad se basa en principios de cuidado mutuo, para nada es hacernos cargo de las responsabilidades de los demás. Y el dominio propio tiene mucho que ver cuando hablamos de cuidar, porque está comprobado que el desenfreno destruye todo lo que hay en su paso, incluyendo a la persona desenfrenada.
El dominio propio habla de pensar antes de hablar, ordenar nuestras ideas, escuchar, analizar si es el mejor momento para hablar, y finalmente expresarse. Es una tarea muy difícil en momentos de ansiedad, molestia y desesperación, pero que si se puede lograr si:
- Decides comenzar a trabajar en tu carácter.
- Si comienzas a tener dominio propio en cosas pequeñas y que parecen insignificante, como por ejemplo levantarte temprano, ordenar tu cuarto, y otras tareas de disciplina.
- Si buscas ayuda psicológica, ya que los profesionales tienen las herramientas para ayudarte de forma personalizada.
El problema está en los hábitos
No está mal sacrificarte por el bienestar de otros, pero si está mal hacer de esto un hábito y estilo de vida. Igual sucede con accionar basado en tus propios beneficios, no está mal, pero si lo haces un hábito el Ego puede ser un problema.
Consejos para mejorar tu responsabilidad afectiva
No siempre la mejor opción es que haya cero sufrimiento, sino el menor posible. Por ejemplo, si tienes que hacer un reclamo, es imposible evitar la incomodidad, pero debes hacerlo de manera que sea lo menos hiriente posible.
De allí que uno de los principios para mejorar tu responsabilidad afectiva es ser sincero aunque duela. Para ello te invitamos a trabajar tu sabiduría y formas de decir las cosas:
- No hables si estás muy molesto.
- Repite en tu mente la forma en que dirás las cosas.
- Comenta con alguien de confianza lo que dirás, así te puede aconsejar y modificar el mensaje en caso de ser necesario.
Tips de responsabilidad afectiva
Es importante hablar de tus sentimientos, así como:
- Mantener una buena comunicación.
- Hablar con un tono de voz adecuado.
- Establecer reglas en las relaciones, límites, etc.
- No ocultar ningún tipo de educación.
- Permitir que la personas expresen sus sentimientos, incluso motivarlas a que lo hagan.
- Cumplir las reglas establecidas.
Todo esto no aplica solo en relaciones de pareja, sino en todo tipo de relaciones, tanto personales como laborales o de otro tipo. Un consejo más, lee este artículo con tu pareja o aquella persona con la que desees mejorar tu relación, si ambos conocen del tema será mucho más fácil.
Tus emociones y la responsabilidad afectiva
Nadie puede estar bien con otros si no está bien consigo mismo. Incluso el mal comportamiento de muchas personas tienen su origen en un desorden emocional: sentimientos reprimidos, traumas, baja autoestima, etc.
Por ejemplo, los celos pueden destruir muchas relaciones, no solo de pareja, sino relaciones con la persona que según tu perspectiva está involucrada con tu pareja, que puede ser un familiar, amigo, compañero de trabajo, etc. Y esos celos pueden tener su origen en la inseguridad, baja autoestima o trauma del pasado.
Incluso muchas religiones que creen en el amor, creen que el amor propio es importante. Por ejemplo el cristianismo establece “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Y es un principio muy acertado, nadie puede amar a nadie si primero no se ama a sí mismo.
Así que si tu comportamiento es tóxico, te recomendamos acudir a un profesional en psicología que te pueda ayudar. Y si no aceptas que tienes un mal comportamiento, pero si puedes visualizar los problemas en tus relaciones, también acude a un profesional que pueda detectar el origen de todo, puede ser que necesitas trabajar tus sentimientos o pensamientos.
¿Qué sucede si no soy responsable afectivamente?
Serás herido, herirás a muchas personas, la relación terminará mal, no podrás tener una familia feliz, no crecerás laboralmente… nunca vas a estar bien, porque toda la vida se basa en relaciones, así que no queda otra alternativa, sino ser responsables afectivamente.
Una persona irresponsable afectivamente termina siendo una persona aislada, insensible y fría, y todo a su alrededor se llena de heridas emocionales y problemas. Así que busca la ayuda de un experto y mantén tus relaciones sanas.