El ser humano, es un ser vulnerable tanto físicamente como mentalmente. Somos vulnerables al entorno que nos rodea, a la forma de procesar nuestras experiencias y al modelo de crianza que nos rodea.
¿Qué son las creencias?
Una creencia es una idea considerada como verdadera. Es una valoración subjetiva que uno hace sobre uno mismo, de los otros y del mundo que le rodea.
Nos ayudan a explicar parte de la realidad que percibimos, son las gafas que utilizamos para ver, y como tal, respondemos a la vida desde esa percepción, por lo que obtendremos resultados acordes a esa forma de ver y estos nos hará confirmar que el mundo es tal y como nosotros creemos que es, aunque en muchas ocasiones nos pueden llevar a situaciones contradictorias, ya que están tan arraigadas en nuestros esquemas mentales que es difícil ponerlas en duda.
“El mundo no es lo que ves, sino lo que crees acerca de lo que ves”
¿Cómo se construyen? Empiezan a formarse desde nuestros primeros años de vida, a través de experiencias directas e indirectas con personas que nos rodean. Las creencias las filtramos con nuestra experiencia y, si se confirman, las grabamos como experiencias que nos resultan útiles para responder a situaciones parecidas en el futuro. Esto, que en un principio resulta beneficioso al no tener que aprender de cada experiencia como si fuera nueva, también puede resultar perjudicial cuando la creencia es contraproducente. De ahí la importancia de conocer su influencia, delimitarla y reducirla o eliminarla.
Nuestras creencias pueden ser nuestros peores enemigos
El problema surge cuando nuestras creencias no nos benefician y se convierten enobstáculos de nuestro camino. Esto es lo que denominamos creencias irracionales, caracterizadas por ser disfuncionales, falsas y automáticas.
Una vez que la creencias se instala en nuestra mente, la consideramos una verdad absolutae inconscientemente buscamos evidencias que la confirmen (sesgo confirmatorio). Por ejemplo, si creemos que no podemos ser exitosos, dejaremos pasar situaciones de prosperidad, porque debido a nuestra creencias negativa, nos declaramos perdedores incluso antes de comenzar la batalla.
Estas creencias suelen generan emociones negativas (miedo, culpa, ansiedad, ira, depresión) que interfieren en la consecución de objetivos y generan alteraciones de conducta como aislamiento, evitación o escape.
“Las creencias tienen el poder de crear y de destruir”
¿Cómo detectarlas?
Como hemos dicho, estas creencias son difíciles de cambiar dado que están integradas en nuestra vida e incluso pueden ser la base de otras creencias.
Vamos a ver algunas de las creencias irracionales más comunes:
- “No puedo”: ¿Quién o qué te limita?. Muchas personas están haciendo lo que les gusta. La diferencia es que ellos han confiado en sí mismos, han dejado su zona de confort, han apartado las excusas y se han decidido a dar el paso. Si ellos pueden, tú también.
- “Es horrible que las cosas no salgan como a uno le gustaría”: este tipo de autoinstrucciones que nos damos cuando algo no sale como nos gustaría, también determina nuestra manera de afrontar las situaciones. Cambiar las palabras extremistas como “horrible” o “catastrófico” por palabras como “desagradable” puede generar que nuestro estado emocional no sea tan paralizante.
- “Ahora no es el momento”: entonces, ¿cuándo es el momento idóneo?. Cualquier momento es idóneo para empezar algo, simplemente utilizamos ese pensamiento erróneo como una excusa para no avanzar.
- “Solo hay dos formas de hacer las cosas, la correcta y la incorrecta”: este tipo de creencia es muy perjudicial por generar pensamientos polarizados de “todo” o “nada” y puede llegar a provocar conductas de bloqueo (“no haré nada que no pueda hacer bien”). Pero… ¿eres perfecto?, ¿no te equivocas?, ¿los demás no se equivocan?…
- “Eso solo les pasa a los que tienen suerte”: la ley de la causa-efecto nos enseña que la suerte es la consecuencia de las cosas que previamente se crean y se fabrican para dirigirse a ella.
Estas creencias solo son un ejemplo de como influye en nuestro comportamiento nuestras interpretaciones de la realidad. Así que es hora de cuestionarlas:
- ¿Qué datos hay en la realidad que me hacen pensar esto?
- ¿Cómo puedo demostrar que es real?
- ¿ De que me sirve pensar esto?
- ¿ Qué es lo peor que puede pasar?
“Somos lo que hacemos, y sobre todo, lo que hacemos para cambiar lo que somos”- Eduardo Galeano-